El segundo fin de semana de Voluntariado en Cíes se presentaba con un pronóstico meteorológico nada bueno… pero al llegar a las Islas de los Dioses todo cambió. Las nieblas bajas costeras desaparecieron a lo largo de la mañana y más de uno se dio un chapuzón antes de comer, aunque luego nos confesaran que el agua estaba “fresquita”.
Jornada laboral del sábado: limpieza de las cuatro rutas principales de las islas con alguna que otra sorpresilla. Un cilindro “raro” cerca da Pedra da Campá, ¡¡NO ES UNA PAPELERA. ES UN PLUVIÓMETRO!!
Aprovechamos las rutas para repasar el trabajo que estuvimos realizando desde Semana Santa: erradicación de la Arcthoteca calendula de las Islas Cíes. El resultado fue sorprendente. En total sólo encontramos unos 20 ejemplares.
¡Buen trabajo chicos!
Al día siguiente volvimos a dividirnos en dos grupos para hacer limpieza de playas y recolocar las pasarelas de madera de acceso a la Playa de Rodas y a la Playa de Areíña (conocida también como Monxas). Ahora el trabajo sí quedó perfecto. Les dimos envidia a los chicos de la Cruz Roja y ellos también se animaron a recolocar la pasarela que tienen frente a su puesto.
Dada la afluencia de visitantes a Cíes en los últimos días, por turnos, también estuvimos contando el número de visitantes que llegaban a las islas.
Con bastante calor y mucha más hambre nos fuimos todos derechitos al Camping. Disfrutamos de una tarde de descanso merecida para volvernos a la “civilización” con las bio-pilas recargadas de energía sostenible.
Jornada laboral del sábado: limpieza de las cuatro rutas principales de las islas con alguna que otra sorpresilla. Un cilindro “raro” cerca da Pedra da Campá, ¡¡NO ES UNA PAPELERA. ES UN PLUVIÓMETRO!!
Aprovechamos las rutas para repasar el trabajo que estuvimos realizando desde Semana Santa: erradicación de la Arcthoteca calendula de las Islas Cíes. El resultado fue sorprendente. En total sólo encontramos unos 20 ejemplares.
¡Buen trabajo chicos!
Al día siguiente volvimos a dividirnos en dos grupos para hacer limpieza de playas y recolocar las pasarelas de madera de acceso a la Playa de Rodas y a la Playa de Areíña (conocida también como Monxas). Ahora el trabajo sí quedó perfecto. Les dimos envidia a los chicos de la Cruz Roja y ellos también se animaron a recolocar la pasarela que tienen frente a su puesto.
Dada la afluencia de visitantes a Cíes en los últimos días, por turnos, también estuvimos contando el número de visitantes que llegaban a las islas.
Con bastante calor y mucha más hambre nos fuimos todos derechitos al Camping. Disfrutamos de una tarde de descanso merecida para volvernos a la “civilización” con las bio-pilas recargadas de energía sostenible.